lunes, 16 de enero de 2012

"No se lo digas a nadie...."

La lectura para la oración del último día de reunión fue Mar. 1,40-45:
"Jesús sana a un leproso (Mt. 8. 1-4; Lc. 5. 12-16)

1:40 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.
1:41 Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.
1:42 Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio.
1:43 Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego,
1:44 y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos.Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes. "


Se pueden ver varias características del leproso. Por un lado, reconoce su "lepra", que ya de por sí es un gran logro. No todo el mundo es capaz de ver sus errores, sus fallos, su "lepra". Además de ser consciente de su problema es lo suficientemente humilde como para rogar su sanación. No le pudo el orgullo ni otros prejucios que pueden evitar que alguien "sane". Y todo ello se une a una convicción: ¡Tú, Señor, me puedes curar! así que si quisieras... Confía en el Señor, dabe que es el Único que le puede ayudar... no solamente a curarse sino a permanecer limpio.
Y Él, más grande que nunca, siente pena y con una frase, le limpia. ¡Qué importante es la Palabra de Dios! Cada día podemos limpiarnos o permanecer limpios si la escuchamos y la asumimos, como el leproso.
¿Qué no lo cuente? ¿Quién puede guardarse una noticia así? ¡Jesús, nuestro salvador, me ha curado! ¿Quién es capaz de aguantar un segundo con una buena nueva? Pues así debería ser nuestro anuncio, en relación a la noticia mayor su divulgación. ¿Estamos compartiendo nuestra buena noticia?
Cada cual puede interiorizar su "lepra", ser conciente de ella y pedir humildemente que con Su Palabra nos ayude en nuestro anuncio de salvación...