sábado, 18 de abril de 2009

Juan 21,1-14


Leímos el Evangelio, "Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado".

Nuevamente se manifiesta Jesús, esta vez junto al lago de Tiberíades. Este relato, que sugiere más de lo que dice, está lleno de la presencia de Cristo Resucitado, ya presente en la orilla desierta, a la luz del amanecer. Juan, el vidente, adivina a Cristo en ese desconocido.

Los apóstoles arrastran en sus redes 153 peces grandes; ahora bien, en ese tiempo esta cifra tenía un valor simbólico y expresaba plenitud y universalidad. Así será la acción de la Iglesia; los pastores de la Iglesia llevarán en sus redes hacia Cristo a todas las naciones de la tierra.

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