viernes, 21 de octubre de 2011

¡Confía!

Salmo 90.
Tú me cubres, tú me proteges con tus alas de Padre;
a la sombra de tu bondad y ternura descansa mi vida.
Yo te digo, Señor: Eres mi refugio y fortaleza,
eres mi Dios, mi esperanza, la Estrella que me guía.

Tú me libras con tu mano, tú me amparas con tu ternura.
Aunque la tentación llame a mi puerta y golpee mi ventana;
aunque la prueba y la crisis oscurezcan mi camino,
estoy seguro, Señor, de que tu gracia no me falta.

Bajo tus alas tengo refugio, tengo una defensa;
eres baluarte, roca firme en quien se estrella la ola;
eres escudo y armadura contra el maligno que me cerca,
eres mi salvación, mi esperanza cada hora.

Tú me llevas en tus manos para que mi pie no tropiece;
tú guías mis pasos y haces llano mi sendero;
tú eres la luz que abre camino a mis noches:
contigo mi pobre corazón se mantiene entero.

Yo me abrazo a ti, Señor, Dios mío: ¡Líbrame!
Tú conoces mi debilidad: ¡Ponme en tierra firme!
Permanece siempre a mi lado: ¡No me abandones!
Que tu salvación, Señor, sea fuerza que me anime.

A la sombra de tus alas, pongo mi vida, Señor.
Bajo la bondad y firmeza de tu ternura me cobijo.
Guárdame, defiéndeme, sé fuerte a mi lado.
Que a pesar de todo, Señor, quiero ser siempre tu hijo.

No hay comentarios: