Leemos el Evangelio de San Juan 20,1-9.
Este Evangelio nos presenta a una mujer Mª Magdalena, que busca a Jesús sin descanso. Ella busca al que ama apasionadamente, sin el cual no puede vivir. Un amor que le lleva arriesgar su vida, va junto con otras mujeres temprano al sepulcro.
No puede dormir y corre temprano hacia el amado. No tiene miedo a nada ni a nadie y Cristo recompensó su gesto convirtiéndola en testigo de su resurrección.
De aquí podemos sacar nuestro compromiso, ser testigos de la resurrección. Testigos vivos. Sembradores de resurrección oponiéndose a los defensores y causantes de la muerte. Porque la resurrección es vida.
Y nos podemos preguntar: ¿Buscas tú a Jesús con la misma pasión que Mª Magdalena?
¿Lo buscas en su palabra para que ella te hable al Corazón?
¿Lo buscas en los hermanos, en los sacramentos...? ¿Lo buscas?
Veamos signos de resurrección en nuestra vida: Perdonar, Acercarse ante la muerte (el dolor), Acercarse ante la vida (la alegría), Ceder el primero, Amar, Bondad, Misericordia,...
¿Vivimos en Viernes Santo o en Domingo de Resurrección?
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