En la reunión del 16 de abril de 2010, estando en tiempo de Pascua, reflexionamos con la ayuda de los siguientes textos.
Primero empezamos recitando todos muy despacio...
"Si vivo la ESPERANZA... no pensaré jamás que "nada hay nuevo bajo el sol",
sino que intentaré buscar nuevas soluciones
para los nuevos problemas.
Si vivo la ESPERANZA...
no me dormiré en la cómoda pereza de las metas conquistadas,
sino que concebiré la vida
como un camino
que he de ir marcando con mis propios pies.
Si vivo la ESPERANZA...
no negaré el dolor, ni el mal, ni la tristeza,
en un optimismo ciego,
pero sabré que la liberación llega al amanecer.
Si vivo la ESPERANZA...
no esperaré la victoria como
un mero regalo de Dios,
porque Dios me da la fuerza y el coraje
para que el triunfo sea "mío".
Si vivo la ESPERANZA...
no me esforzaré en explicar el sufrimiento
y la injusticia,
sino que me empeñaré en combatir los microbios
que los hicieron germinar.
Si vivo la ESPERANZA...
no me creeré en la cima del bien, la verdad o la belleza,
sino que bajaré al valle del diálogo
con lo malo, lo erróneo y lo repulsivo.
Si vivo la ESPERANZA...
no pensaré que soy el único peregrino
y ofreceré mi cayado, mi mano y mi corazón
a los hombres que caminan a mi lado.
Si vivo la ESPERANZA...
no caeré en la tentación del TENER,
porque cuando se va de camino
las cosas son un estorbo
y ya sólo importa el SER.
Si vivo la ESPERANZA...
no maldeciré al mundo,
porque mi esfuerzo realiza, poco a poco,
"el nuevo cielo y la tierra nueva",
donde el sudor, el trabajo y el amor alcanzan su sentido.
Si vivo la ESPERANZA...
no tendré miedo a la muerte,
porque el peregrino es un profeta "hijo de la nostalgia",
siempre en camino
hacia una patria a la que vuelve."
(José Román FLECHA).
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