sábado, 18 de octubre de 2008

Oración de alabanza.


Danos un corazón grande para amar, danos un corazón fuerte para luchar.

¡Sabemos que tenemos y podemos hacer cosas maravillosas!
La tarea es ardua, pero hay que intentarlo. Nos han encomendado la casa de este mundo. Todo lo que Creador hacía en él, es ahora tarea nuestra.

Danos un corazón grande para amar, danos un corazón fuerte para luchar.

¡Qué magnífica tarea tenemos encomendada!
Encender para todos el sol de la vida cada mañana, y sacar brillo a la luna para que relumbre por los caminos de sombra en los que muchos andan.
¡Hay que poner sumo cuidado en esta casa/planeta que nos han regalado!
Hagamos una Constitución fundada en el valor de la persona. Que se haga presente el amor, el respeto, el servicio mutuo, el desvelo de los unos para con los otros.

Danos un corazón grande para amar, danos un corazón fuerte para luchar.

No seamos ingenuos: mientras nosotros dormimos, otros trabajan por sus propios intereses, para someter a las gentes, aplastar a los pueblos, llenar a tope sus arcas.
¿No veis cómo trabajan cerrando la boca a los que gritan, segando la vida a los que piden libertad, apaleando a los que trabajan por la paz, encarcelando a los que claman por la dignidad...?

Danos un corazón grande para amar, danos un corazón fuerte para luchar.

Si hoy viniera el Señor y Dueño de la casa y nos pidiera cuentas, ¿cuál sería el resultado de la auditoria...?
El Dueño de la casa avisa:
"Os digo a todos: Trabajad con ahínco en la tarea que os tengo encomendada.
Servid, roturad, sembrad con alegría y no lo queráis hacer todo vosotros, dejad algo para Mí, que miro las cosas con más clama..."

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